viernes, 5 de febrero de 2010

LOS MISTERIOS ROSACRUCES




LOS MISTERIOS ROSACRUCES

UNA EXPOSICIÓN ELEMENTAL
DE SUS ENSEÑANZAS SECRETAS

por

Max Heindel
[1865-1919]

LEMA Y MISIÓN ROSACRUZ:

UNA MENTE PURA

UN CORAZÓN NOBLE

UN CUERPO SANO

Título Original:

"THE ROSICRUCIAN MYSTERIES"

THE ROSICRUCIAN FELLOWSHIP

P.O. Box 713

Oceanside, CA. 92049-0713 USA

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by

The Rosicrucian Fellowship


del libro "Los Misterios Rosacruces" de Max Heindel

LA ORDEN DE LOS ROSACRUCES Y LA FRATERNIDAD ROSACRUZ - en vimeo y en you tube -


CAPÍTULO I

LA ORDEN DE LOS ROSACRUCES
Y LA FRATERNIDAD ROSACRUZ

Nuestro mensaje y misión:

UNA MENTE PURA.— UN CORAZÓN NOBLE. — UN CUERPO SANO.

Antes de entrar en una explicación de las enseñanzas de los rosacruces, bueno será que digamos unas palabras acerca de ellos y del puesto que ocupan en la evolución de la humanidad.
Por razones que se dirán más adelante, estas enseñanzas ofrecen una visión dualística; sostienen que el hombre es un espíritu que encierra todos los poderes de Dios, como la simiente encierra la planta, y que estos poderes se desenvuelven poco a poco en una serie de existencias dentro de un cuerpo terrenal que mejora gradualmente; asimismo, que este proceso de desarrollo se ha llevado a cabo bajo la guía de seres exaltados que ordenan todavía nuestros pasos, aunque va disminuyendo a medida que adquirimos intelecto y voluntad. Estos Seres exaltados, si bien invisibles a nuestros ojos físicos, constituyen, no obstante, potentes factores en todos los asuntos de la vida, dando a los diferentes grupos de humanidad lecciones que propulsan al máximo grado de eficacia el desarrollo de sus poderes espirituales. De hecho, la Tierra puede compararse a una vasta escuela de entrenamiento en la que existen discípulos de edad variada y de diferente habilidad o disposición, como ocurre en cualquiera de nuestras escuelas. Existen los salvajes, viviendo y adorando bajo las más primitivas condiciones, viendo a Dios en un madero o en una piedra.
Así, gracias al progreso, que el hombre realiza hacia adelante y hacia arriba en la escala de la civilización, encontramos una más alta concepción de la Deidad, hasta haber florecido en nuestro Mundo Occidental en la hermosa religión Cristiana, que nos procura, actualmente, la inspiración espiritual y el incentivo necesario para mejorar.
Los seres exaltados que la religión Cristiana conoce con el nombre de Ángeles del Destino han proporcionado a cada grupo de la humanidad las varias religiones que conocemos, y su maravillosa previsión los capacita para ver el rumbo de algo tan inestable como la mente humana, pudiendo así determinar qué pasos son necesarios para guiar nuestro desenvolvimiento con respecto a las líneas congruentes al bien universal más elevado.
Estudiando la historia de las antiguas naciones encontraremos que. unos seiscientos años antes de Jesucristo, una gran ola espiritual tuvo su origen en las costas orientales del Océano Pacífico, donde la gran religión de Confucio aceleró el progreso de la nación china, principiando entonces también la religión de Buda a conquistar sus millones de adeptos en la India, y más al Oeste tenemos la sublime filosofía de Pitágoras. Cada sistema apropiábase a las necesidades particulares del pueblo al que se aplicaba. Vino entonces el período de los escépticos, en Grecia, y más tarde, en ruta hacia el Oeste, la misma ola espiritual se manifiesta en la religión Cristiana de la Edad Media, cuando el dogma de una iglesia dominante impuso su creencia a toda la Europa Occidental.
Es una ley en el universo el que una ola de despertar espiritual va seguida siempre por un período de materialismo dudoso, y cada una de estas fases es necesaria para que reciba el espíritu igual desarrollo, tanto su intelecto como su corazón, sin ir demasiado lejos en ninguna de las dos direcciones. Los Grandes Seres mencionados anteriormente, que cuidan de nuestro progreso, toman siempre sus medidas para preservar a la humanidad de este peligro, y cuando previeron la ola de materialismo que comenzó en el siglo XVI con el nacimiento de nuestra ciencia moderna, tomaron las medidas para proteger al Oeste, como habían anteriormente salvaguardado al Este contra los escépticos, que se vieron contenidos por las escuelas de Misterios.
En el siglo XIII apareció en la Europa Central un gran maestro espiritual cuyo nombre simbólico fue:

CHRISTIAN ROSENKREUTZ
esto es
CRISTIANO ROSACRUZ

y que fundó la misteriosa Orden Rosacruz, con relación a la cual tantas suposiciones se han hecho sin que gran cosa haya llegado al mundo en general, puesto que es la escuela de Misterios del Oeste y se abre únicamente para aquellos que alcanzaron el estado de desenvolvimiento espiritual necesario para ser iniciados en sus secretos relativos a la Ciencia de la Vida y del Ser.
Si hemos logrado un desarrollo tal que nos permita dejar nuestro cuerpo físico denso y echar un vuelo anímico por el espacio interplanetario, veremos que el átomo físico primario es de forma esférica, como nuestro planeta; esto es, un globo. Si tomamos un número determinado de globos de igual tamaño y los agrupamos alrededor de uno de ellos, necesitaremos exactamente doce para ocultar el decimotercero. Así, también los doce visibles y el uno oculto son cifras que revelan una relación cósmica, y como todas las órdenes de Misterios están basadas en líneas cósmicas, todas se componen de doce miembros reunidos alrededor de un decimotercero, que es la cabeza invisible.
Hay siete colores en el espectro: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.
Pero entre el violeta y el rojo existen otros cinco colores invisibles a los ojos físicos, pero que se descubren a la mirada espiritual. En toda Orden de Misterios existen igualmente siete hermanos que a veces aparecen en el mundo para realizar allí el trabajo que sea necesario para hacer progresar a aquellos a quienes sirven, pero cinco hermanos no son nunca vistos fuera del templo. Ellos enseñan y trabajan con aquellos que han pasado por cierto estados de desenvolvimiento espiritual y que pueden dirigirse al templo en sus cuerpos espirituales, hecho que se enseña en la primera iniciación, que suele tener lugar en el exterior del templo, por no ser conveniente para todos visitarlo físicamente.
Que el lector no vaya a imaginar ahora que esta iniciación hace del alumno un rosacruz, como tampoco la admisión de un alumno en una Universidad hace de él un miembro de la Facultad. Ni aún después de cruzados los nueve grados de esta o de otra Escuela de Misterios se es un rosacruz. Los rosacruces son Hierofantes de los misterios menores, y aún más allá de ellos hay todavía escuelas donde se enseñan misterios mayores. Todos aquellos que han dejado atrás los misterios menores y son ya alumnos de los misterios mayores, se llaman adeptos; pero ni ellos, aún así. han alcanzado la privilegiada situación de los Doce Hermanos de la Rosa Cruz o de los Hierofantes de cualquier escuela de misterios menores, así como no ha obtenido la posición y el conocimiento de los catedráticos de la Universidad el alumno que acaba de ser graduado en ella.
Uno de los capítulos siguientes versará sobre la iniciación, pero debemos apuntar aquí que la puerta de una genuina Escuela de Misterios no se abre con llave de oro, sino que se abre únicamente como una recompensa a los servicios meritorios hechos a la humanidad, y todo aquel que se anuncia a sí mismo como un rosacruz o se encarga de instruir para lograrlo por una cuota monetaria, se tilda de charlatán por cualquiera de estos dos actos.
El discípulo sincero de cualquier Escuela de Misterios es demasiado modesto para anunciarlo a voz en grito; desdeñará todos los títulos y honores de los hombres, y no tendrá interés por las riquezas, salvo las riquezas de amor que le concedan aquellos a quienes se le presentó la ocasión y el privilegio de ayudar y enseñar.
En los siglos transcurridos desde que fue formada la Orden Rosacruz, sus miembros han trabajado secreta y calladamente, esforzándose en moldear el pensamiento de la Europa Occidental mediante las obras de Paracelso, Boehme, Bacon, Shakespeare, Fludd y otros.
Cotidianamente a la medianoche, cuando las actividades físicas del día están en su más bajo reflujo y los impulsos espirituales en su flujo superior, envían desde su templo vibraciones que agitan y conmueven el alma para contrarrestar el materialismo y para impulsar el desarrollo de las fuerzas del alma. A sus actividades debemos la espiritualización gradual de nuestra mínima ciencia materialista.
Con el principio del siglo XX se dio un nuevo impulso y se tomó una nueva posición. Se concibió que debía hacerse algo para dar un aspecto científico a la religión, así como para hacer religiosa a la ciencia, con objeto de que al fin puedan ambas mezclarse, toda vez que hoy en día el corazón y la cabeza, es decir, el sentimiento y el intelecto, están divorciados. El corazón siente instintivamente la verdad de la enseñanza religiosa referente a tales maravillosos misterios como el de la Concepción Inmaculada (el nacimiento místico), la Crucifixión la muerte mística), la sangre purificadora, el perdón de los pecados y las otras doctrinas de la Iglesia, las cuales rehusa aceptar y creer el intelecto, porque son imposibles de demostrar y en apariencia están en pugna y en contraste con la ley natural. El progreso material puede ser impulsado cuando domina el intelecto, y los anhelos del corazón quedan desatendidos; pero el crecimiento del alma quedará retardado hasta que también el corazón reciba lo que le corresponda.
Con el objeto de proporcionar al mundo una enseñanza que reúna las características de satisfacer a la mente y al corazón, se necesitó buscar e instruir a un mensajero. Como es de suponer, era necesario que reuniese determinadas cualidades, y el primeramente elegido fracasó al sufrir cierta prueba, pese a haber empleado varios años para prepararle para este trabajo. Es bueno repetir que hay una época para sembrar, así como hay otra para la cosecha, y que también hay determinadas estaciones para todos los trabajos de la vida, y, en concordancia con esta ley de periodicidad, todos los impulsos para la elevación espiritual deben darse en momentos apropiados para que tengan éxito. La primera y la sexta década de cada siglo son propicias especialmente para comenzar la promulgación de enseñanzas espirituales nuevas. Por lo tanto, los rosacruces quedaron muy afectados por aquel fracaso, porque solo restaban cinco años de la primera década del siglo XX.
Su segunda elección de un mensajero recayó en el autor de este trabajo, aunque él no lo supo por aquel entonces, y mediante un esfuerzo de ayuda sobre las circunstancias que concurrían en el autor, hicieron posible que pudiera empezar el período de preparación para el trabajo que se deseaba que hiciera. Tres años después, en ocasión de haber ido a Alemania, así como por circunstancias arregladas por la invisible Fraternidad y cuando se hallaba en el límite de la desesperación por haber descubierto que la luz que era el objeto de su busca quedaba reducida a una linterna mágica, los hermanos de la Orden Rosacruz lo pusieron a prueba para ver si él podría ser el fiel mensajero y darle las enseñanzas que deseaban confiarle para que luego se difundieran por el mundo. Cuando el autor hubo pasado felizmente la prueba, le dieron la monumental solución para el problema de la
existencia, publicada por primera vez en el Concepto Rosacruz del Cosmos, en el mes de noviembre de 1909, algo más de un año antes de la expiración de la primera década del siglo XX. Este libro marcó una nueva era en la llamada literatura "oculta," y las muchas ediciones que han sido publicadas desde entonces, así como los millares de cartas que continuamente llegan al autor, son testimonios elocuentes del hecho de que las gentes están encontrando en esta enseñanza una satisfacción que en vano habían buscado anteriormente.
Los rosacruces dicen que todas las grandes religiones han sido dadas a los pueblos entre quienes se han encontrado, por Inteligencias Divinas que idearon cada sistema de adoración de modo que llenase y se adaptase a las necesidades de cada raza y de cada nación.
Un pueblo primitivo no puede responder a una religión sublime y elevada, y viceversa.
Aquello que puede servir para favorecer a una raza podía hundir a otra, y amoldándose a tal política se ideó un sistema de autodesarrollo adaptado al mundo Occidental, el cual está por temperamento y racionalmente inadaptado para seguir la disciplina de la Escuela oriental, que fue proyectada para los pueblos más atrasados del Oriente.

LA FRATERNIDAD ROSA CRUZ

Con el propósito de promulgar en el Mundo Occidental las enseñanzas rosacruces, se fundó la Fraternidad Rosacruz en el año 1909. Esta es el heraldo de la Edad Acuaria, cuando el Sol por precesión vaya a la constelación de Acuario, lo cual traerá al exterior y a la manifestación todas las potencias espirituales e intelectuales en el hombre, que están simbolizadas por tal signo.
Al igual que el calor de un fuego calienta todos los objetos dentro de su esfera de irradiación, así también el rayo de Acuario elevará las vibraciones de la Tierra a un tono que somos incapaces de comprender por ahora, aunque tengamos ya demostraciones de los trabajos materiales de esta fuerza en las convenciones que han revolucionado la vida dentro de la memoria de la generación presente.
Nosotros nos hemos asombrado ante los rayos X. con los cuales
se ve a través del cuerpo humano; pero cada uno de nosotros tenemos un sentido latente, el cual cuando esté desarrollado permitirá al hombre ver a través de un número cualquiera de cuerpos y a cualquier distancia. También nos maravillamos ante las conversaciones telefónicas de continente a continente, pero todos tenemos internamente un sentido latente de habla y de oído que es mucho más agudo y potente. Nos sorprendemos ante la visión de los buques navegando bajo el agua o de los aparatos que surcan los cielos, pero también nosotros todos somos capaces de viajar bajo el agua o de remontarnos a grandes alturas, y aún más: nosotros podremos atravesar las rocas más sólidas, y entre el rugiente fuego, sin sufrir el más ligero daño cuando sepamos el modo de hacerlo, y el rayo mismo es lento comparado con la velocidad que nos será dable alcanzar.
Esto nos parece un cuento de hadas o pura fantasía, como las novelas de Julio Verne hace una generación, pero la Edad Acuaria será testigo de la realización de todos estos sueños y aún de muchos más, de lo cual no podemos ni tener idea actualmente. Semejantes facultades las tendrán entonces gran cantidad de personas, quienes las habrán desarrollado gradualmente, del mismo modo que hasta la fecha hemos aprendido a caminar, hablar, oír, ver, etcétera.
Todo esto entraña un gran peligro, pues, como es obvio, cualquier ser dotado de tales facultades puede usarlas en detrimento de la mayoría del mundo, a menos que sea refrenado por un espíritu de desinterés y un altruismo hacia toda la Natura. Así pues, la religión es necesaria hoy en día como nunca antes lo ha sido, para inculcar el amor y la fraternidad entre los hombres, para que de este modo puedan prepararse para usar el mayor de los dones que tienen reservados bien y sabiamente. Esta necesidad de la religión es sentida especialmente por cierta clase de personas, en las que el éter está unido más sueltamente a los átomos físicos que lo está en la mayoría, y por esta razón la mencionada clase está empezando a notar las vibraciones de Acuario.
Esta clase está, asimismo, dividida en dos grupos. En uno de ellos domina el intelecto, y las personas de tal clase procuran, naturalmente, interiorizarse de los misterios espirituales por mera curiosidad y desde el punto de vista de la razón. Persiguen el sendero del conocimiento por el conocimiento en sí, considerándolo como una finalidad en sí mismo. La idea de que el conocimiento es de valor únicamente en el caso de ser puesto en práctica para un uso constructivo parece que no ha surgido a través de su raciocinio. A los individuos de esta clase los podemos llamar ocultistas.
El otro grupo no se preocupa del conocimiento, sino que siente un interna atracción hacia Dios, y persigue el sendero de la devoción hacia el elevado ideal puesto ante ella por Cristo, haciendo las obras que Él hizo en tanto lo permite su cuerpo de carne, y esto con el tiempo produce una iluminación interna que lleva consigo todo el conocimiento que alcanza la clase anterior, los ocultistas, y mucho más también. Esta clase puede ser denominada la de los místicos.
Determinados peligros hay en cada uno de los dos grupos. Si el ocultista obtiene la iluminación y desenvuelve dentro de sí las facultades espirituales latentes, puede usarla para el beneficio de sus objetos personales, con el mayor perjuicio para el prójimo. Esto se llama magia negra, y el castigo que automáticamente cae sobre la cabeza del que así obra es tan horroroso, que es mejor tender un velo sobre ello.
El místico puede también equivocarse debido a su ignorancia y caer en las redes de la ley de la Naturaleza, pero como quiera que es impulsado por el amor, sus equivocaciones nunca serán muy serias, y a medida que crece en gracia, la silenciosa voz de su corazón le hablará más distintivamente para señalarle el buen camino.
La Fraternidad Rosacruz se esfuerza para preparar al mundo en general, y especialmente a los sensitivos en los grupos, para el despertar de los poderes latentes en el hombre, a fin de que puedan ser bien guiados en la zona peligrosa y estén lo mejor preparados que sea posible para el uso de sus nuevas facultades. Se hace el esfuerzo de combinar el amor —sin el cual, según Pablo, el conocimiento de todos los misterios es inútil—, con un conocimiento místico basado y fundamentado en el amor, para que los discípulos de esta Escuela puedan convertirse en exponentes vivientes de esta unión o combinación de la ciencia del alma de la Escuela de la Sabiduría Occidental, y educar gradualmente a la humanidad en general en las
virtudes necesarias para asegurar la posesión de estas elevadas fuerzas. NOTA: Las páginas que seguían, dedicadas a la descripción de Mount Ecclesia, han sido llevadas al final del libro.

del libro "Los Misterios Rosacruces", de Max Heindel

en vimeo, aquí
https://vimeo.com/331894687

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=SwRvVjtvQzQ&feature=youtu.be

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EL PROBLEMA DE LA VIDA - en vímeo y en you tube -


CAPÍTULO II

EL PROBLEMA DE LA VIDA Y SU SOLUCIÓN


Entre todas las vicisitudes de la vida, las cuales varían en las experiencias de cada uno, hay un solo acontecimiento que más pronto o más tarde llega a todos: ¡la Muerte! No importa nuestra posición social, si la vida que hemos vivido ha sido buena o, de lo contrario, si nuestro paso entre los hombres ha quedado marcado con grandes hechos, que nuestro lote haya sido de enfermedad o de salud, o que hayamos sido famosos y estado rodeados por una hueste de amigos admiradores o que, por el contrario, hayamos pasado desconocidos en la sociedad durante los años de nuestra vida, llega un momento en el que estamos solos ante el portal de la muerte y forzados a dar el salto en la obscuridad.
El trance que significa ese salto y qué es lo que nos espera en el más allá, es objeto de
meditación para todo ser pensante. En los años de la juventud y de la salud, cuando la barca de nuestra vida navega en los mares de la prosperidad, cuando todo se nos antoja bello y brillante, podemos dejar de lado tal pensamiento, pero seguramente llegará un día en la existencia de toda persona sensata en el que el problema de la vida y de la muerte se abra paso en su conciencia y no pueda ser descartado ni postergado. Tampoco nos será de gran provecho el aceptar cualquier solución dada por algún otro ciegamente y sin pensar sobre ella, porque este es un problema básico, el cual debe resolverlo cada persona por sí mismo para quedar satisfecha.
Cerca del limite oriental del desierto de Sahara está la Esfinge de fama universal, con su faz inescrutable dirigida al Este, siempre dando cara al Sol en cuanto sus primeros rayos anuncian al nuevo día. Según mitos griegos, este monstruo debía preguntar un enigma o adivinanza a todos los viajeros, y devoraba a todos aquellos que no contestaban, pero cuando Edipo aclaró el enigma propuesto, el monstruo se destrozó a sí mismo.
Lo que la Esfinge preguntaba a los hombres era el enigma de la vida y de la muerte, una pregunta que tenía tanta importancia como hoy, y a la cual todos debemos contestar o seremos devorados entre las garras de la muerte. Pero, una vez que la persona ha hallado la solución del problema, se le hará evidente que en realidad la muerte no existe, y que lo que parece que es así, es solo un cambio de un estado de existencia a otro. Así pues, para el hombre que encuentra una solución verdadera al enigma de la vida, la esfinge de la muerte ha cesado de existir y puede elevar su voz prorrumpiendo en el grito triunfal de: "¡Oh, muerte!, ¿dónde está tu guadaña? ¡Oh, tumba!, ¿cuál es tu victoria?"
Se han emitido varias teorías para resolver este problema de la vida. Nosotros podemos dividirlas en dos clases, es decir, la teoría monástica, que sostiene que todos los hechos de la vida pueden ser explicados con referencia a este mundo visible en el cual vivimos, y la teoría dualistica, la cual transfiere parte del fenómeno de la vida a otro mundo que ahora está invisible a nuestros ojos.
Rafael, en su famosa pintura "La Escuela de Atenas," ha indicado de una manera muy adecuada la actitud de estas dos escuelas de pensamiento. Vemos en tan maravilloso cuadro un atrio griego, semejante a aquellos en los que los filósofos acostumbraban congregarse.
Sobre los diferentes escalones que conducen al interior del edificio se ve un gran número de hombres enredados en una profunda discusión, pero en el centro y en la parte superior de los escalones hay dos figuras de pie, que se supone son Platón y Aristóteles, uno señalando hacia arriba y el otro indicando hacia abajo, a la tierra, ambos mirándose fijamente a la cara, mudos, pero con profunda y concentrada voluntad. Cada uno pretende convencer al otro de que su actitud es verdadera, porque ambos están plenamente convencidos de su teoría.
Uno de ellos sostiene que es de tierra y de arcilla, que él ha venido del polvo y al polvo ha de volver; el otro aboga por la idea de que hay algo superior que ha existido siempre y continuará existiendo, sin importar nada lo que pueda suceder con la forma corpórea en la que mora y que los mantiene unidos.
La pregunta de cuál está acertado se halla todavía sin resolver para la gran mayoría de la
humanidad. Se han borroneado millones de toneladas de papel en fútiles intentos para llegar a un acuerdo con argumentaciones; pero, no obstante, continuará este interrogante siempre para todos aquellos que no han llegado a la solución de este enigma por ellos mismos, porque este es un problema básico, una parte de la experiencia de la vida de cada ser humano para solucionar esa cuestión, y por lo tanto nadie puede darnos la solución dispuesta para nuestra aceptación. Lo más que pueden hacer aquellos que han solucionado realmente este problema, es mostrar a otros las vías por las cuales ellos han arribado a tal solución, y de este modo dirigir al investigador para que pueda también alcanzarla.
Esta es la finalidad de este libro; no la de ofrecer una solución al problema de la vida para que sea aceptada ciegamente, por la confianza en la capacidad investigadora del autor. Las enseñanzas contenidas en estas páginas han sido impartidas por la Gran Escuela Occidental de Misterios de la Orden Rosacruz y son el resultado del testimonio concurrente de un largo número de videntes ejercitados y se le han comunicado al autor, quien las ha completado con su investigación independiente, propia de los planos atravesados por el espíritu en su jornada
cíclica desde el mundo invisible a este plano de existencia, y así sucesivamente.
Sin embargo, se advierte al lector que el autor puede haber entendido mal algunas de las enseñanzas y que, a despecho del enorme cuidado que ha tenido, puede deslizarse algún punto de vista erróneo de lo que él cree haber visto en el mundo invisible, en el que las posibilidades de equivocarse son infinitas. Aquí, en el mundo en que vivimos, las formas son fijas, no cambian fácilmente, pero en el mundo superior, que es solamente perceptible por la vista espiritual, en realidad no existe la forma, sino que todo allí es vida. Por lo menos, las formas son tan mutables que las metamorfosis que se narran en los cuentos de hadas están allí multiplicadas en un grado infinitamente mayor, y por lo tanto, vemos las revelaciones sorprendentes de los médiums y otros clarividentes negativos que, aunque sean de recta conciencia, están sencillamente burlados por lo ilusorio de la forma, que es efímera, debido a la razón de ser incapaces de ver la vida que constituye la base permanente de la forma.
A nosotros nos es preciso aprender a ver en este mundo. El niño recién nacido no tiene idea de la distancia y querrá coger las cosas por lejos que estén, fuera de su alcance, hasta que la experiencia lo va adiestrando. Una persona ciega que ha adquirido de nuevo la facultad de la vista por una operación o bien por otra causa, estará inclinada al principio a cerrar los ojos al moverse de un lugar a otro, y dirá que le es más fácil caminar por el tacto que por la vista, debido a que aún no ha aprendido a usar su nueva facultad. De igual modo, la persona cuya vista espiritual se ha abierto recientemente, necesita instrucción, siéndole, en efecto, más necesaria a esta que al niño y al ciego mencionados como ejemplo.
Negarle esta instrucción sería lo mismo que si un tierno niño fuese colocado en una casacuna en la que las paredes tuvieran espejos de distintas curvaturas cóncavas y convexas, que distorsionaran y desfiguraran su propia forma y la de los demás asistentes. Si se lo dejase crecer en tal lugar y no se le permitiese ver la forma real de las cosas, de sí mismo y de los demás, creería, naturalmente, que las formas desfiguradas y contrahechas reflejadas en el cristal son tal cual las ve, cuando en realidad los espejos serían los causantes de ese fenómeno óptico. Si tanto el niño como las personas sometidas a tal experimento fueran un día sacados fuera de aquel lugar fantasmagórico, no serían capaces de explicarse el cambio de las cosas hasta que se les hubiera explicado debidamente la causa.
Aquellos que han desenvuelto su vista espiritual se hallan expuestos a sufrir tales ilusiones
hasta que hayan sido instruidos para descontar la refracción y ver la vida, que es permanente y estable, desdeñando la forma que es mutable y se desvanece.
El peligro de ver las cosas fuera de foco subsiste siempre, no obstante, y es tan sutil que el
autor siente el imperativo deber de advertir a los lectores que tomen todas sus manifestaciones acerca del mundo invisible con la mayor cautela, pues no tiene la menor intención de engañar. Más bien se siente inclinado a aumentar que a disminuir las limitaciones de aquel reino, y aconsejaría a los lectores que no acepten nada de su pluma sin razonarlo y sin comprobarlo por sí mismos. De este modo, si él está engañado, lo estará solo él y no habrá razón para censurarlo en caso contrario.

del libro "Los Misterios Rosacruces", de Max Heindel

en vímeo, aquí
https://vimeo.com/332106136

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=T8g7W2xO9ts&feature=youtu.be

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