jueves, 4 de febrero de 2010

LA CAUSA DE LA ENFERMEDAD.- ESFUERZOS DEL EGO PARA ESCAPARSE DEL CUERPO.- EFECTOS DE LA LASCIVIA


SÉPTIMA PARTE

LA CAUSA DE LA ENFERMEDAD.- ESFUERZOS DEL EGO PARA ESCAPARSE DEL CUERPO.- EFECTOS DE LA LASCIVIA

Aunque las incapacidades mentales congénitas son producidas en general por el abuso de la función creadora en una vida anterior, hay por lo menos una notable excepción de esta regla, o sea aquellos casos similares a los mencionados en el Concepto Rosacruz del Cosmos y en otras partes de nuestra literatura descritos en la forma siguiente: "Cuando un espíritu que tiene ante sí una vida de prueba determinada viene a renacer y nota en el momento de entrar en la matriz de su madre que el panorama de la vida venidera, que en aquellos momentos se le exhibe, marca una existencia dura y azarosa para poder resistirla, algunas veces intenta huir de la escuela la vida. En aquel momento los Ángeles del Destino o bien sus agentes han hecho las conexiones necesarias entre el cuerpo vital y los centros sensoriales del cerebro en el feto y, por lo tanto, el esfuerzo del espíritu para escapar de penetrar en la matriz se frustra, pero el dislocamiento producido por el impulso del ego desequilibra la conexión entre los centros sensoriales etéricos y físicos; así que el cuerpo vital no está en posición concéntrica con el físico, causando que la cabeza etérica sobresalga por sobre el cráneo físico.
Resultado de esto es que es imposible par el ego usar su vehículo denso, se halla esposado a un cuerpo sin mente que no puede utilizar y la encarnación es prácticamente inútil".
Asimismo tenemos casos en los que una conmoción grande después en la vida ocasiona que el espíritu intente escaparse con los vehículos invisibles. También en estos casos las consecuencias son las de que se produce una conmoción parecida en los centros sensoriales etéricos en el cerebro y el trastorno ocasiona la invalidez de la expresión mental. Todos los hombres han experimentado probablemente una sensación semejante al recibir un susto, una agitación como si algo se esforzase para escaparse de su cuerpo físico, esto es, que el cuerpo de deseos y el vital que son tan veloces en sus movimientos, que comparado con ellos un tren expreso parecería un caracol, tienden a ponerse a salvo. Ellos ven y sienten el peligro y están temerosos antes de que el miedo se transmita al inerte y lento cuerpo físico en el cual se hallan anclados y el cual evita su huida en condiciones ordinarias.
Pero a veces, como ya hemos dicho, el susto y la conmoción son suficientemente severos y pueden hacer tal impulso que los centros sensoriales etéricos se perturban. Esto ocurre más frecuentemente con las personas que han nacido bajo signos comunes, que son los más débiles de todo el Zodíaco. No obstante, así como un ligamento que ha sido distendido y retorcido, puede gradualmente recuperar una elasticidad relativa, así también en tales casos, es más fácil restaurar las facultades mentales que en aquellos casos de locura congénita acarreada por vidas pasadas lo cual ocasionó una conexión indebida.
Histeria, epilepsia, tuberculosis y cáncer fueron comprobados como resultado de erróneas propensiones de la vida pasada. Se observó que aunque muchos de los sujetos que se examinaron habían sido en las vidas anteriores casi maniáticos en la satisfacción de su lascivia, eran al mismo tiempo de naturaleza altamente devota y religiosa, y en casos tales parece que el cuerpo físico generado en la vida presente era de salud normal y su incapacidad únicamente mental, mientras que en otros casos en los cuales la indulgencia para con la naturaleza pasional estaba unida con un carácter maligno y una cruel consideración hacia los demás, la epilepsia junto con el raquitismo, histeria y una deformación corporal fueron los resultados de la constitución de la vida actual, y también frecuentemente el cáncer, especialmente del hígado o del pecho.
Respecto a este asunto, no obstante, tenemos el deber de advertir a nuestros lectores que no deduzcan la cerrada conclusión de que las manifestaciones antedichas representan reglas fijas y terminantes. El número de las investigaciones hechas, aunque muy grande y arduo para sólo un investigador, es realmente escaso para que sean conclusivas en asunto como éste en el que están incluidos millones de seres humanos. De todos modos están en armonía con las enseñanzas contenidas en el Concepto Rosacruz del Cosmos, dadas por los Hermanos Mayores acerca de los efectos del materialismo como productor del raquitismo, es decir, la blandura de una parte del organismo que debía se dura, y la tuberculosis, la cual endurece tejidos que debían permanecer siendo suaves y dúctiles. El cáncer es esencialmente semejante en sus efectos, y cuando consideramos que el signo de Cáncer está regido por la Luna, el planeta de la generación, que la esfera lunar está bajo el control de Jehová, el Dios de la generación, cuyos ángeles anuncian y presiden el nacimiento, como por ejemplo en los casos de Isaac, Samuel, Juan el Bautista y Jesús, comprenderemos fácilmente que el abuso de las funciones generadoras puede causar ambas enfermedades, el cáncer y el lunático en las más variadas formas.
Por lo tanto, con respecto a las anormalidades y deformidades físicas, parece ser la regla que la satisfacción física de la pasión reacciona sobre el estado mental y de que el abuso de las fuerzas mentales en una vida lleva a la incapacidad física en posteriores existencias. Una máxima oculta dice que "una mentira es a la vez criminal y suicida en el Mundo del Deseo". Las enseñanzas de los Hermanos Mayores contenidas en el Concepto Rosacruz del Cosmos explican la idea de que dondequiera que ocurre un suceso, una forma de pensamiento determinada generada en el mundo invisible toma registro del incidente. Cada vez que se comenta el suceso o es examinado, se crea una nueva forma de pensamiento que se infunde con la primitiva y la robustece, siempre que las dos sean verdaderamente de la misma vibración. Pero si se dice una cosa incierta acerca de lo sucedido, entonces las vibraciones de la original y las de la repetición no son idénticas y el resultado es que se embisten y luchan destrozándose mutuamente. Si la forma de pensamiento buena y verdadera es suficientemente fuerte conseguirá el dominio de la situación y aniquilará a las formas de pensamiento basadas en una mentira y consecuentemente el bien vencerá al mal, pero cuando los pensamientos embusteros y maliciosos son los más fuertes pueden vencer a la forma de pensamiento buena del suceso correspondiente y demolerla. Después de esto se combatirán entre sí y todo a su vez será aniquilado.
De este modo una persona que lleva una vida pura y limpia esforzándose en amoldarse y obedecer las leyes de Dios, luchando honradamente por la supremacía de la verdad y sinceridad, creará formas de pensamiento acerca de él de naturaleza parecida, su mente marchará por senderos en armonía con la verdad, y cuando llegue el día de crear su arquetipo en el Segundo Cielo para su vida futura, esta persona, fácil e intuitivamente por la fuerza de la costumbre de su vida terrestre anterior, se alineará a sí misma con las fuerzas de la rectitud y de la verdad. Tales líneas una vez sumadas a su cuerpo, crearán armonía en los vehículos siguientes y por lo tanto la salud será el premio de su vida siguiente.
Por otra parte, aquellos que tuvieron una idea equivocada de las cosas en su vida anterior, se deleitaron en desacreditar a la rectitud y faltar a la verdad y ejercitaron la astucia, egoísmo exagerado y desconsideración por el bienestar de los demás, se hallan impelidos en el segundo Cielo a ver las cosas también de modo oblicuo, puesto que éste es su habitual modo de pensar. Así, pues, el arquetipo construido por ellos encarnará líneas de error y falsedad y consecuentemente, cuando el cuerpo sea llevado a renacer contendrá debilidad en diversos órganos sino en la organización de todo su cuerpo.
Otra vez debo hacer la misma advertencia a los lectores de que no saquen conclusiones definitivas de estas reglas orientadoras. No es nuestra intención el decir que todo aquel que tiene un cuerpo sano en apariencia ha sido un ejemplo de virtud en su pasada vida, ni aquel que sufre de una anomalía o incapacidad fue un crápula o un inútil. Ninguno de nosotros está capacitado actualmente para decir "la verdad completa y nada más que la verdad".
Nosotros estamos engañados por el ilusionismo de nuestros sentidos. Una calle larga aparenta ser más estrecha a lo lejos, cuando en realidad, tiene la misma anchura donde estamos colocados que un kilómetro separada de nosotros. El Sol y la Luna parecen mucho mayores cuando están cerca del horizonte que cuando se hallan en el cenit, pero en realidad, sabemos que no ganan en tamaño por descender en el horizonte, ni lo pierden por ascender hacia el centro del firmamento. De este modo estamos siempre rectificando y corrigiendo la ilusión de nuestros sentidos e igualmente con cualquier otra cosa del mundo. Lo que nos parece ser cierto no es siempre así y lo que es hoy verdad con respecto a las condiciones de la vida puede cambiar mañana. Por lo tanto es imposible para nosotros conocer la verdad estricta bajo las evanescentes e ilusorias condiciones de la existencia física. Cuando entramos en los reinos superiores y especialmente en la Región del Pensamiento Concreto es cuando apercibimos las verdades eternas, de aquí que necesariamente tengamos que equivocarnos una y otra vez aun a despecho de nuestros más sinceros esfuerzos para amoldarnos siempre para conocer y decir la verdad. Por esta razón es imposible para nosotros construir un vehículo totalmente armonioso. Si esto fuera posible tal cuerpo sería realmente inmortal y nosotros sabemos que la inmortalidad de la carne no es el designio de Dios, pues Pablo nos dice que: "la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios".
Además sabemos que en la actualidad solamente un número muy reducido está dispuesto para vivir tan en armonía con la verdad como a ellos les parece, confesarla y profesarla delante de los demás hombres por el servicio y por la rectitud de una vida inofensiva. También podemos comprender que los tales han debido ser muy pocos y menos según retrocedamos en la historia, cuando el hombre no había desarrollado el altruismo que se inició en nuestro planeta con el advenimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
La norma de la moralidad era entonces mucho más inferior y el amor a la verdad casi deleznable para la mayor parte de la humanidad, la cual se hallaba absorbida en sus esfuerzos de acumular tanta riqueza o adquirir tanto poder o prestigio para sí como le fuera posible. Los hombres estaban naturalmente inclinados a no considerar los intereses de los demás y el decir una mentira parecía no ser censurable bajo ningún punto de vista y aun algunas veces hasta era elogiable. Los arquetipos estaban consecuentemente llenos de debilidades y las funciones orgánicas de nuestro cuerpo actualmente están interferidas en un grado apreciable como resultado de ello, especialmente porque los cuerpos occidentales se están haciendo más complejos en su constitución nerviosa y más sensitivos al dolor debido al desarrollo de la conciencia de su espíritu.

del libro "El Velo del Destino", de Max Heindel

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