jueves, 4 de febrero de 2010

EL CUERPO VITAL


EL CUERPO VITAL

Ese cuerpo nuestro compuesto de éter es llamado cuerpo vital en las Escuelas de Misterios Occidentales, pues, como ya hemos dicho, el éter es la avenida de ingreso de la fuerza vital del Sol y el campo de las agencias de la naturaleza que promueven las actividades vitales de asimilación, crecimiento y propagación.
Este vehículo es una exacta contraparte de nuestro cuerpo visible, molécula a molécula y órgano por órgano, con una sola excepción que ya veremos después. Pero es ligeramente un poco mayor y se extiende cerca de pulgada a pulgada y media más allá de la periferia de nuestro cuerpo físico.
El bazo es la puerta de entrada de las fuerzas que vitalizan al cuerpo. En la contraparte etérica de este órgano la energía solar se transmuta en fluido vital de un color rosa pálido. De aquí se extiende a todo el sistema nervioso, y una vez que ha sido utilizada en el cuerpo, se irradia en rayos, casi tal como las púas salen de la piel del puerco espín.
Los rayos del Sol se transmutan bien directamente o bien reflejados mediante los planetas y la Luna. Los rayos que nos vienen directamente del Sol dan una iluminación espiritual; los rayos recibidos por medio de los planetas producen inteligencia, moralidad y crecimiento del alma; pero los rayos reflejados por la Luna producen crecimiento físico, como se ve en el caso de las plantas, que crecen diferentemente cuando se plantan a la luz de la Luna, que cuando se plantan cuando la Luna está oscura. Hay también una diferencia en las plantas plantadas cuando la Luna está en signos estériles o fructíferos del Zodiaco.
El rayo solar es absorbido por el espíritu (humano, el cual tiene su asiento en el centro de la frente; los rayos estelares son absorbidos por el cerebro y la espina dorsal, y los rayos lunares entran en nuestro sistema por medio del bazo.
Todos los rayos nombrados, tanto los del Sol como los de la Luna y los de las estrellas, son de tres colores, y en el rayo lunar que nos suministra la fuerza vital, el rayo azul es la vida del Padre, que produce la germinación; el rayo amarillo es la vida del Hijo, que es el principio activo de la nutrición y del crecimiento, y el rayo rojo es la vida del Espíritu Santo, la cual estimula a la acción, disipando la energía almacenada por la fuerza amarilla. Este principio es activo especialmente en la generación.
Los diferentes reinos absorben esta fuerza de vida diversamente y en armonía con su constitución. Los animales tienen 28 pares de nervios espinales, están armonizados con el mes lunar de 28 días y dependen, por lo tanto, de un espíritu grupo para la infusión de los rayos estelares necesarios para producir conciencia.
Todos ellos en conjunto son incapaces de absorber los rayos directos del Sol.
El hombre se halla en un estado de transición; tiene 39 pares de nervios espinales, lo cual lo relaciona con el mes solar, pero los nervios de la llamada cauda-equina y literalmente "cola de caballo," al final de la espina dorsal, se hallan aún en un estado muy incipiente para servir de avenidas para el rayo espiritual del Sol. En la proporción que nosotros llevamos hacia arriba nuestra fuerza creadora mediante pensamientos espirituales, desenvolvemos estos nervios y despertamos las dormidas facultades del espíritu. Pero es muy peligroso intentar este desenvolvimiento, excepto bajo la guía de un maestro capacitado y el lector queda advertido sinceramente para que no use ningún método publicado en los libros, ni de los que se venden, porque tal práctica conduce generalmente a la demencia. El método seguro no se vende nunca por dinero ni por ninguna otra consideración terrenal, sea grande o pequeña, sino que se brinda siempre gratuitamente como una recompensa al mérito. "Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá," dijo Cristo. Si nuestra vida es una oración para la iluminación, la búsqueda no será vana, ni nuestro llamado quedará sin respuesta.
Cuando la energía solar ha sido transmutada en el bazo, atraviesa el sistema solar del cuerpo brillando con el más bellísimo color, de un delicado halo rosáceo, y sirve el mismo propósito que la electricidad en una instalación telegráfica. Nosotros podemos tender cables entre las ciudades, levantar estaciones telegráficas y aun instalar receptores y transmisores. También podemos poner operarios frente a los teclados, pero mientras el fluido eléctrico no circule por los alambres, las teclas del telégrafo se rehusarán a funcionar. Así también, en el cuerpo, el espíritu humano es el operador, y desde la estación central del
cerebro los nervios se ramifican, yendo por todo el organismo a los diferentes músculos. Cuando el fluido vitalizador atraviesa el sistema nervioso, el Ego puede enviar sus órdenes a los músculos e impulsarlos a moverse, pero si el fluido vital, por cualquier razón, no circula por cierta parte del cuerpo, tal como un brazo o una pierna, el espíritu es impotente para mover esos miembros, y entonces decimos que sufren de parálisis.
Cuando tenemos buena salud, extraemos la energía solar en tan grandes cantidades que no podemos emplearla toda en el cuerpo y, por lo tanto, se irradia por los poros en la piel en rayos rectos y sirve los mismos propósitos que un ventilador purificador de aire. Este aparato expulsa el aire viciado de un cuarto o edificio y mantiene la atmósfera pura y apacible. Esta fuerza vital excesiva que se irradia del cuerpo lleva con ella gases venenosos, microbios deletéreos y materias fétidas, tendiendo de este modo a mantener un estado saludable. Asimismo preserva de que los gérmenes enfermizos que flotan en la atmósfera penetren en el cuerpo, bajo el mismo principio de que una mosca no puede entrar volando en un edificio a través de este ventilador purificador. Por todo esto produce muy grandes beneficios aun después de haber sido utilizada en nuestro cuerpo al volver a retornar a su estado libre.
Se nos ofrece un espectáculo curioso y admirable cuando por primera vez observamos cómo, desde las partes extremas del cuerpo, tales como las manos y la cara, comienza de repente a fluir una corriente de estrellas, cubos, pirámides y multitud de otras formas geométricas. El autor más de una vez se restregó los ojos cuando empezó a observar este fenómeno, porque le parecía que estaba alucinado. Las formas vistas son, no obstante, átomos químicos, los cuales han cumplido su misión dentro del cuerpo y son expelidos por los poros.
Cuando hemos tomado una comida, el fluido vital es consumido por el cuerpo en grandes cantidades, porque es el cemento por medio del cual las fuerzas de la Naturaleza asimilan él alimento en nuestro cuerpo. Por lo tanto, las irradiaciones son muy débiles durante el período de la digestión. Si la comida ha sido abundante, la irradiación es disminuida muy perceptiblemente y entonces no limpia nuestro cuerpo tan completamente como cuando hemos digerido el alimento, ni es capaz de mantener a raya a los gérmenes enemigos. En consecuencia, estamos más expuestos a pescar un resfriado u otra enfermedad cualquiera
si comemos con exceso, falta que debe ser evitada por todos aquellos que deseen conservar la salud.
Durante un estado enfermizo, el cuerpo vital atrae muy poca energía solar. Entonces, por algún tiempo, pareciera que el cuerpo visible se alimentara del cuerpo vital, por así decirlo, y de tal modo este vehículo se hace más transparente y tenue en la misma medida que el cuerpo físico exhibe su estado de demacración.
Las irradiaciones ódicas purificaderas se hallan casi completamente ausentes durante las enfermedades, y debido a esto las complicaciones se manifiestan con mucha facilidad.
Aunque la ciencia no ha observado directamente el cuerpo vital del hombre, ha postulado en diversas ocasiones la existencia de tal vehículo como necesario para explicarse los hechos de la vida y las irradaciones que han sido observadas por varios científicos de
distintas épocas y bajo condiciones diferentes. Blondot y Char-pentier las han llamado rayos N, como homenaje a la ciencia -de Nantes, ciudad donde tales irradiaciones fueron observadas por estos científicos;  otros los han llamado "Fluido Ódico." Los investigadores científicos que han dirigido estas búsquedas de los fenómenos psíquicos, hasta los han fotografiado cuando han sido extraídos por el bazo por los espíritus materializantes. El doctor Hotz, por ejemplo, ha tomado dos fotografías de una materialización de una médium alemana, Minna-Demmler. En una de ellas, una nube de éter se ve saliendo del costado izquierdo de la médium, sin figura ni forma definida. La segunda fotografía, tomada momentos después, muestra el espíritu materializado estando al lado de la médium. Otras fotografías que algunos científicos obtuvieron de la médium italiana Eusapio Palladino, señalan una sombra luminosa colgando de su costado izquierdo.
Hemos dicho al principio de esta descripción que el cuerpo vital es una contraparte exacta del cuerpo denso, con una excepción: es del sexo opuesto, o quizá estaría mejor dicho polaridad. Como el cuerpo vital nutre al cuerpo denso, podemos comprender en seguida que la sangre es la expresión visible más elevada y también que un cuerpo vital polarizado positivamente generaría más sangre que uno con polaridad negativa. La mujer, la cual es físicamente negativa, tiene un cuerpo vital positivo; de ahí que ella genere una cantidad por el flujo periódico. También es más propensa a las lágrimas —las cuales son una sangría
blanca— que el hombre, cuyo cuerpo vital es negativo y no genera más sangre de la que puede utilizar cómodamente. Por lo tanto, él no necesita esos períodos de liberación de sangre que tiene la mujer.

del libro "Los Misterios Rosacruces", de Max Heindel

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